Cada vez es más habitual, que los monitores introduzcan unos minutos de técnicas de relajación en sus clases y los alumnos lo agradecen. Solemos introducir entre 5 y 10 minutos de estas técnicas al final de la sesión, que nos ayudan a llevar nuestros cuerpos a un estado de distensión corporal y mente en caLma, reduciendo las tensiones.
El proceso de relajación que realizamos, es inducido mediante distintas dinámicas (música suave, relajante, luces tenues...)
Es imprescindible que la postura de nuestro cuerpo sea la correcta para permitir la distensión de todos los músculos y además nos permite el aislamiento sensorial (tenemos que evitar estímulos externos que activan nuestro sistema nervioso).Se debe de tratar de tranquilizar la mente y las emociones mediante un respiración rítmica, lenta y constante donde la espiración es más larga que la inspiración prestando atención a esta y a nuestro cuerpo. Una vez tengamos la atención fijada en la respiración, ampliaremos el proceso a cada una de las partes de nuestro cuerpo desde los pies a la cabeza, sintiendo que cada parte se relaja.
La relajación cuenta con 5 fases (relajación muscular, articular, respiratoria, mental y emocional).
Para relajar la musculatura, lo más importante es estar en una posición cómoda (tendidos sobre la colchoneta en decúbito supino y con los brazos a los lados de nuestro cuerpo, por ejemplo). Podemos ir buscando las zonas con tensión y centrarnos en ellas para relajarlas o sinó, también podemos ir por orden, contrayendo los diferentes grupos musculares y luego aflojar, de esta manera, trabajamos la propiocepción.
En cuanto a la relajación articular, si se ha relajado la musculatura, las articulaciones deberían de estar relajadas y solo deberemos sentir si queda alguna tensión residual, para ello, podemos ir repasando cada articulación y tratando de relajar las que sean necesarias.
En la primera parte de la relajación, la respiración se profundiza y alarga ayudándonos a distender los músculos y tomando consciencia de nuestros cuerpos. Después, dejamos que el ritmo y la respiración pasen a ser naturales, volviéndose más suave y ligera contemplando desde fuera.
Para llegar a la relajación mental, es necesario que se produzcan los pasos anteriores. Cuando relajamos el cuerpo aparece la sensación de incorporeidad y el consciente y el subconsciente empiezan a conectar. La mente se calma y serena, es decir, calmada pero activa.
Finalmente, el aspecto emocional. Una vez hemos conseguido relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, nuestras emociones no tienen donde apoyarse y se van calmando progresivamente.
Finalmente, comentar, que en los 5 minutos que dedicamos a las técnicas de relajación al final de las clases, la mayoría no llegan a experimentar una relajación completa. Pero poco a poco, a base de entrenar iremos alcanzando las siguientes fases. Es muy recomendable practicar técnicas de relajación, aunque sean en casa, durante como mínimos 20 minutos dos días por semana.
Esto, nos ayudará a reducir nuestros niveles de estrés, a calmar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón.
Comentarios
Publicar un comentario